Tramos
Un Padrenuestro y una Salve, después de unas breves palabras del Hermano Mayor, marcan el inicio de tan singular acto. Cuando están a punto de apagarse los últimos rayos de sol, el magno cortejo procesional se pone en marcha.
La Cruz de Guía sobria, escoltada por dos faroles, abre la comitiva. Los nazarenos del tramo de San Juan visten túnica negra con botonadura roja, igual que el cíngulo, capa y antifaz.
La bandera, el estandarte, las bocinas y los incensarios, llenando el cielo de esencias sagradas, dejan entrever la imagen de San Juan, acompañada por el resto de imágenes que forman el misterio de La Vuelta del Sepulcro; a la misma vez que la Agrupación Musical Ntro. Padre Jesús de la Piedad en su Prensentación al Pueblo, de Jaén, hace sonar la Marcha Real, rindiéndole honores.
La Cruz Parroquial, la bandera, estandarte y la mujer con su tradicional mantilla, escoltados por nazarenos del tramo de Virgen, con túnicas negras con botonadura de igual color, el cíngulo de color amarillo, el antifaz y la capa de color negro, si bien esta última presenta sus vueltas de color morado oscuro. Todos dan paso al Libro de Reglas, donde van las normas de la Hermandad.
La aparición de los ciriales es el momento culminante, Nuestra Señora de los Dolores inicia su salida desde Santiago Apóstol. La Capilla Musical de la Hermandad del Cristo de San Agustín, de Granada, que comenzó a tocar cuando el paso hacía su primera levantá, toca Christus Factus Est. Un suspiro, un rezo, romperá el silencio: la saeta. Sonará la voz del Capataz: ¡vámonos!