24 abril, 2007

Misterio de la vuelta del Sepulcro




En el año 2002 estrenó un paso nuevo de estilo neobarroco en madera de cedro real, realizado por el ebanista D. Francisco Bailac y en fases de ejecución el tallado del mismo por D. Francisco San Román Flor. Este nuevo sustituyó a otro anterior de alpaca dorada.


Ancho: 2,50 metros
Largo: 4,90 metros

Trabajaderas: transversales sevillanas en número de nueve.
Número de costaleros: cuarenta y cinco.
Capataz: D. Jorge Alonso Ramírez.



SIGNIFICADO DE NUESTRO PASO DE MISTERIO DE SAN JUAN EN EL REGRESO DEL SEPULCRO

(Artículo publicado en el Boletín de la Hermandad en el año 2005)

Paso de misterio: Es aquél en el que se escenifica algún hecho o episodio de la Pasión de Cristo. Es un claro ejemplo de la representación que constituye la Semana Santa, la catequesis en la calle, de cara al pueblo.

La Hermandad de la Soledad ha contado de antiguo con una sección de San Juan, el discípulo amado de Jesús, que acompaña a la Virgen en su Soledad, lo hace desde 1925, existiendo referencias desde 1894. Jesús le encargó en la Cruz cuidar de Ella (Jn 19, 25-27).

En 1995 la Hermandad acuerda en Cabildo iniciar la realización de una nueva iconografía para la sección de San Juan. Para ello se acuerda la realización de una nueva imagen para el Evangelista, que estuviera integrado en un paso de misterio que representara el regreso del sepulcro tras enterrar a Jesús, de la comitiva formada por San Juan Evangelista, las Santas Mujeres: María Magdalena, María de Cleofás y María Salomé, y los Santos Varones: Nicodemo y José de Arimatea. Diseña la escena del grupo y todas sus imágenes el imaginero sevillano Juan Manuel Miñarro López.

El misterio está inspirado en el pasaje bíblico en que tras enterrar a Jesús, las Santas Mujeres y San Juan acompañan a la Virgen María junto a los Santos Varones Nicodemo y José de Arimatea, en el camino de regreso del sepulcro. En la escena representada, los personajes están dispuestos en cerrada agrupación y se cruzan en el camino con el soldado romano y el judío sanedrita, representantes de los poderes militar y religioso que condenaron a Jesús. El grupo que ha enterrado a Jesús lo representa el imaginero roto de dolor, dándose esperanza y consuelo, recordando el amor de Jesús. En la delantera del paso Nicodemo consuela a San Juan, le siguen las Santas Mujeres, en tanto que en la parte central del conjunto José de Arimatea como judío de buena posición que era, y siendo reconocido por el sanedrita (pues José era miembro del Sanedrín) que acompaña al soldado romano en la trasera del paso, desconfía de aquellos y empuja al grupo a aligerar la marcha. Nuestro paso de misterio lo integran los que no abandonaron a Jesús a la hora de su muerte, estando con El al pié de la Cruz.

La escena representada no se puede entender sin la presencia de la Virgen María, por lo que el grupo escultórico del paso se configura en cerrada agrupación de las Santas Mujeres, los Santos Varones y de San Juan en torno a María (que aunque no figura en el paso se sobreentiende que el la figura central de la comitiva, de modo que el significado del conjunto carece de sentido sin ella) regresando de enterrar a Jesús.

Los primeros miembros de la Iglesia son los que están junto a Jesús en el monte Calvario. La Virgen María, San Juan y las Santas Mujeres estuvieron en la crucifixión de Jesús al pié de la Cruz, Son ellos los que recogen su cuerpo, junto a los Santos Varones, y le dan sepultura.

Las Santas Mujeres acuden al Sepulcro a la mañana del domingo y lo encuentran vacío. María Magdalena tiene el privilegio de ser la primera a la que se aparece Jesús Resucitado (Jn 20, 10-18).

Sobre las tres Marías, no hay unanimidad en los Evangelistas para identificarlas, pues no eran las únicas piadosas mujeres, admiradoras y servidoras de Jesús que se habían atrevido a llegar hasta el Calvario (Mt 27, 57-60, Lc 23, 49-49), es seguro María Magdalena y posiblemente también María la mujer de Clopás o Cleofás, hermana de la Virgen María, y madre de Santiago el menor y José, y María Salomé cuya identificación no está clara, Marcos la cita como madre de los Zebedeos (Mc 15, 40-41) Santiago el mayor y Juan.

Todos ellos interrelacionados, María Salomé es madre de San Juan y de Santiago el Mayor patrón de España y titular de nuestra parroquia. María Cleofás es hermana de la Virgen María, tía de Jesús, y madre de Santiago el menor, primo hermano de Jesús, obispo de Jerusalén según testimonio de San Pablo.

José de Arimatea y Nicodemo eran dos discípulos secretos de Jesús (Jn 3), que pertenecían a la alta sociedad judía, miembros del Sanedrín, el consejo supremo de los judíos en el que se trataban y decidían los asuntos de estado y de religión, compuesto por 71 miembros. Dan la cara a la hora de la verdad. Es José el que solicitó a Pilato permiso para enterrar a Jesús, Nicodemo trajo mirra y áloe para embalsamarlo, lo envolvieron en una sábana y lo sepultaron.

Así pues, el misterio de San Juan en el regreso del sepulcro conlleva un hondo significado, son los miembros junto con los discípulos y apóstoles de Jesús, sobre los que se construye la Iglesia.

Este grupo no regresa sin la presencia de la Virgen, como figuran en el paso, sino que la acompañan tras enterrar a su Hijo. La Virgen no se encuentra en el grupo escultórico del paso porque es la protagonista de la Hermandad y procesiona sola en su propio paso, como es la tradición. Por tanto el paso de misterio ha de entenderse como el acompañamiento que tenía la Virgen María en el trance de dar sepultura a Jesús, siendo ésta su razón de ser. La Virgen María, bajo la advocación de los Siete Dolores, queda en Soledad, tras perder a su Hijo en la Cruz.El proceso de realizar el grupo escultórico del misterio ha durado nueve años desde su concepción en 1995. Así en 1997 se realiza la imagen de San Juan, en 1998 las Santas Mujeres, en 2001 Nicodemo, en 2002 José de Arimatea, en 2003 el soldado romano, y por fin en 2004 se completa el grupo con el sanedrita, saliendo por primera vez completo.